¿El tiempo del marxismo?

Varoufakis alecciona a Tett en su explicación de la cooperativa por el referida. “Es una empresa en donde hay competencia, hay deseos de ingresos, no hay un comité; pero sí una estructura gerencial plana. No es capitalismo”. ¿Qué es entonces? Es marxismo. Democratización del lugar de trabajo.

Roma era la ciudad más grande y más hermosa de la antigüedad. La magnífica fachada del Imperio, sin embargo, no podía ocultar las semillas de la decadencia, la malsana dependencia de la economía en los esclavos, la disparidad entre los ricos y los pobres. Detrás del esplendor de los faros, se hallaban vastas áreas de barrios pobres superpoblados. Escapar de los barrios bajos era difícil, pues había pocos trabajos disponibles, y prácticamente ninguno para quienes carecían de habilidades. Para mantener a los ciudadanos entretenidos y fuera de problemas, se organizaban juegos y espectáculos frecuentes a expensas del público. Al principio solo las carreras de carrozas tenían patrocinadores, pero pronto el combate a muerte se había popularizado. A principios de la historia romana, los funcionarios electos ejercían el poder, pero al final cada función del gobierno había sido absorbida por el emperador, que estaba por encima de la ley.

Sucedió en Ohio, Estados Unidos. Una pizzería, Heavenly, se decidió a organizar un tierno evento: el Employee Appreciation Day (día de apreciación del trabajador). En esa jornada se habría de honrar la buena actitud y entrega de sus empleados durante los duros y aciagos días del Covid-19. Su propietario y administrador transmitió un video en las redes sociales donde anunció a su clientela que, en una fecha determinada, todos los beneficios por la empresa producidos durante ese día señalado serían repartidos entre sus contratados de forma equitativa. La invitación fue respondida por la comunidad fervientemente, duplicando sus pedidos regulares e incrementando la cantidad de propinas recibidas. El resultado del ejercicio fue inspirador: una vez descontados los costos de los ingresos, cada laburador obtuvo una paga igual a 78 USD la hora.

Un análisis matemático, demasiado superficial pero aun así suficiente, es necesario realizar. La empresa de comida rápida está acostumbrada a despachar, en un día normal, en promedio, 90 pedidos, acorde a su misma información. En esa especial fecha, impulsados por la bondad y generosidad del capitalista, la cantidad a entregar ascendió a 220. Si la pizzería fuera una cooperativa de trabajadores, que es en esencia el ideal marxista de cómo organizar la producción en la empresa, cada trabajador/propietario recibiría 31 USD la hora de manera regular, acorde a una regla de tres básica y simplista. Richard Wolff, el marxista por excelencia en los Estados Unidos, citaba un estudio durante una emisión de su programa Economic Update, cuyos resultados son igual de dicientes: si el salario mínimo en los Estados Unidos hubiera ascendido a la misma tasa de crecimiento de la experimentada por el de los Secretarios Delegados, el menor pago legal recibido por un trabajador sería de 21 USD la hora. Hoy es 7,25 USD por cada 60 minutos.

Richard Wolff
Continuar leyendo «¿El tiempo del marxismo?»

¿Es inevitable una Tercera Guerra Mundial?

La caída de los Estados Unidos como el imperio más grande de la humanidad, cediendo su puesto a un país oriental y autodenominado socialista, es el escenario perfecto para que se desate la última de las guerras de la humanidad.

No es en silencio como un imperio muere. Como un vetusto gigante rehusándose a abandonar el trono, las grandes construcciones políticas de la humanidad, en el ocaso de su hegemonía, gastan su último aliento tratando de impedir lo inevitable: su derrocamiento. Tucídides lo estipuló como si de una trampa se tratara: ningún Estado cede el puesto de privilegio en el teatro mundial sin luchar una guerra. Un grito final en una batalla perdida, las patadas del ahogado antes del aliento final, el acto de desespero que agota todas las fuerzas previo a ver convertido en realidad lo indeseable.

Estados Unidos forjó el más grande imperio de la humanidad en 1945. Sus posibles competidores eran unas sociedades en ruinas (Europa después de la Segunda Guerra Mundial) o atrasadas economías sin un futuro prometedor (Asia era una gran civilización rural y empobrecida). Pero como Ícaro, voló demasiado cerca al sol y su inmensa sombra nubló a la civilización entera. Nail Fergusson ofreció una nueva lectura a la historia del siglo XX en su glorioso libro: «La Guerra Del Mundo», sustentando con su análisis que la segunda mitad de la centuria fue aquella que vería el derrumbe no solo del gran imperio occidental, sino de toda su civilización.

Niall Ferguson. Foto The Berggruen Institute
Continuar leyendo «¿Es inevitable una Tercera Guerra Mundial?»

¿Quién paga por el 2020?

¿Quién paga por el 2020 ? ¿Por las muertes, el tiempo, el desastre social? Todos, en silencio, clausurados en los hogares, aguantando hambre, asumiendo deudas impagables, esperando volver a una normalidad que tarde o temprano pondrá a todo el planeta en esta situación de nuevo, al ser la normalidad la causante de crear este epílogo del desastre.

«Pero últimamente siento que llegué tarde, que lo mejor ya pasó». Las palabras daban inicio a toda una nueva era en la televisión, a una revolución cultural impredecible que explotó en la pantalla chica. Tony Soprano, líder indiscutible de la mafia de New Jersey en la serie de HBO «The Sopranos», recogía en su quejido el doloroso sentir de toda una nación. En mucho, de casi todo ciudadano del mundo. Comparada con el estilo de vida y tipo de sociedad habitada por nuestros antepasados inmediatos en sus años más productivos, la era actual parece un pequeño apocalipsis.

«Cuando tú preguntas por qué Estados Unidos es el mejor país en el mundo, no tengo la más mínima puta idea de qué estás hablando». El presentador de noticias Will McAvoy, personaje principal de otra serie de HBO, «The Newsroom», declamaba una larga lista de indicadores como sustento asesino destinado a finiquitar, de una vez por todas, la vida de una de las mentiras más grandes de nuestra era. «Pero seguro que lo fuímos -continúa el vociferante periodista-. Nos parabamos a defender lo correcto, Peleabamos por las razones exactas, pasamos y derrocamos leyes por razones morales. Peleamos guerras contra la pobreza, no contra los pobres. Nos sacrificamos, nos preocupamos por nuestros vecinos, apoyamos lo que creíamos y nunca nos vanagloriamos por ello. Construimos cosas grandiosas. Creamos tecnología impía y exploramos el universo. Curamos enfermedades. Cultivamos los artistas más grandes del mundo y la mejor economía. Aspiramos a las estrellas». Palabras denotando un sentimiento general indicando una marcada creencia en que el pasado fue mejor.

Tony Soprano.
Continuar leyendo «¿Quién paga por el 2020?»

¿Hay libertad en la sociedad moderna?

La sociedad neoliberal no ofrece a sus ciudadanos libertad, ofrece privilegios.

La libertad es el himno de batalla preferido por apologistas y extremistas del capitalismo neoliberal, bautizados estos últimos como «Libertarios». Su lucha política sólo tiene un horizonte y es el libre albedrío en todo su esplendor. Su máxima es la posibilidad de poder hacer con su vida tan solo aquello que sus deseos les comanden realizar. Y ahí, el enemigo acérrimo es el Estado, ese «Leviatán» dominando y oprimiendo los espíritus. El problema irresoluble de tal premisa es obvio: vivimos en sociedad por obligación y, de ahí que, la libertad individual sea una coartada por definición.

Ahora, y entrando en fuerte contradicción frente a sus mismos postulados, los deseos de lucha de los modernos batallantes por la libertad se esfuman por completo cuando las tensiones se desatan en el lugar de trabajo. Para ellos, cualquier forma de gobierno es una dictadura política; pero las imposiciones del capital, las difíciles condiciones sufridas por la gran mayoría de ciudadanos del mundo como empleados, en sus lugares de trabajo, donde más tiempo al día pasan, son desde ignoradas (en el mejor caso) hasta bienvenidas (en el más preocupante de ellos) incluso celebradas (en el más aterrador).

Foxconn. Monumento a la esclavitud moderna.
Continuar leyendo «¿Hay libertad en la sociedad moderna?»

¿Coronacapitalismo?

No se requiere de grandes seres humanos al momento de enfrentarse a la toma de decisiones obvias. Entre una buena y una mala opción por escoger, cualquier ciudadano del común sabrá qué camino tomar. Cuando el dilema es un sin salida, con consecuencias indeseables se decida por cualesquiera de las posibilidades, la necesidad de líderes se hace apremiante.

Covid-19
Covid-19

Al arrancar el brote de Covid-19, un virus mortal con una capacidad de contagio aterradora, la casi totalidad del mundo político aceptó las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y luchó por evitar el contacto social, obligando a los habitantes del planeta a entrar en una cuarentena sin precedentes en la historia. Con todas las diferencias, falencias, problemáticas y críticas aceptadas para cada caso, el poder político del planeta paralizó la sociedad moderna.

Continuar leyendo «¿Coronacapitalismo?»