¿Cómo acabar el cambio climático y las pandemias?

Gordon Brown, flamante y fluido sobre la tarima, pronunció uno de los más inspiradores y poderosos discursos hasta la fecha hechos en TED, nombrado “Creando una red global para el bien”. Un resumen, breve, pero por poco irrespetuoso, sintetiza la charla como una enfocada en demostrar la enorme velocidad con que hoy las ideas positivas avanzan en la sociedad. Los cambios sociales que se consolidaban tras décadas de disputas, se materializan ahora en meses; y lo que se transformaba tras luchas que demoraban generaciones, se alcanza ahora en años.

La evolución positiva más llamativa, trascendental y heroica de nuestro tiempo está sucediendo en la alimentación, con un crecimiento de las opciones veganas tan inesperado como impredecible. The Economist acertó al declarar hace dos eneros: 2019 será el año de la alimentación basada en plantas. Beyond Meat, la empresa de carnes basada en vegetales más exitosa del mundo, reconocida por su producto ser uno imposible de diferenciar de la carne cadáver, salió al mercado con la oferta pública de venta (OPV) más explosiva de la década (superando a Facebook); y, el lanzamiento de “Game Changers”, el exitoso documental que explora los éxitos alcanzados por los deportistas transformados al veganismo, son muestras de una tendencia creciente y mucho más amplía. Es esto demasiado importante porque, de seguir así, el humano se librará del cambio climático y las pandemias.

Beyond Meat
Beyond Meat

Y los cambios presentados se sustentan con números: acorde a The Guardian, Reino Unido pasó de tener 150.000 veganos a 600.000 en menos de un lustro; y, de acuerdo con Forbes y Vegan Bites, de 2015 a 2019 el porcentaje de veganos en Estados Unidos se elevó hasta el 8% desde un raquítico 0,5%. Tal número de personas en las potencias del norte, cerca de 20 millones en el país de América, contraen transformaciones profundas en el mercado: según la BBC…

Solo en Estados Unidos las ventas de los sustitutos de carne aumentaron 42% entre marzo de 2016 y marzo de 2019, llegando a cerca de US$900 millones, según la consultora Nielsen, mientras que las carnes tradicionales aumentaron solo 1% en el mismo período. Y en otras economías desarrolladas la tendencia es similar. En Reino Unido, por ejemplo, las ventas de carnes alternativas aumentaron 18% el año pasado, mientras que las de carnes tradicionales bajaron 2%.

KFC Beyond Meat
KFC Beyond Meat

Se lee en un artículo de The Economist cómo las búsquedas en Google sobre el veganismo se han duplicado en Estados Unidos desde el 2015; triplicado en España, Francia y Alemania; y cuadriplicado en Suiza. Veganuary, iniciativa creada para invitar a los ciudadanos de Inglaterra a probar una dieta vegana durante el mes de enero, tuvo un número récord de inscritos este año (350.000) siendo la estrella de rock Brian May el más emblemático de ellos, y quien además anunció que continuaría con la misma dieta por el resto de su vida.

Pero, ¿Cómo hizo un grupo de ambientalistas y animalistas para ir ganándole la guerra a una de las industrias más destructoras y miserables del planeta, como lo es la ganadera? Los calificativos sobre este sector de la economía no son escritos a la ligera: la industria de la carne cadáver es una mafia, envuelta en decenas de casos de corrupción, genocidios y malas prácticas, engrosando billones al vender un producto adictivo para el ser humano y creando un infierno para los animales explotados, en medio de su destrucción impune del medio ambiente.

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Joaquin Phoenix en marcha animalista

¿Qué es una adicción? El uso abusivo de un producto que entrega placer inmediato con la contrapartida de generar daños a largo plazo en el cuerpo y la salud humana. A todos los fumadores, alcohólicos o heroinómanos, su vicio les produce placer; pero no tienen duda del daño que se están haciendo. La carne, ligada ya de manera directa a la causa número uno de muertes en el mundo, a enfermedades de los huesos, las venas y hasta el cáncer, no se diferencia en nada de estos. La única distinción es que los carnívoros se mienten con excusas tan alucinantes como que es natural hacerlo y hasta saludable.

Impresiona, aún más, el crecimiento de las tendencias veganas, cuando se entiende a la contraparte como una industria obsesionada con la publicidad. En cada serie de televisión moderna, una pizza, hamburguesa o perro caliente hace presencia, eso sí, sin mostrar a ningún actor realmente comiendo el producto tratando de ser vendido. En el mejor de los casos se les ve masticando, escasamente pasándose el bocado. Un detrás de cámaras de la celebrada «The Social Network» mostraba a los actores botando la comida masticada después de la instrucción de «corte» del director. La lucha del veganismo contra la industria ganadera es similar a la habida entre los activistas anti-cigarrillo contra las tabacaleras, los ambientalistas contra las petroleras y los Estados contra los cárteles, esto último si pudiéramos imaginar cómo sería el mundo si el Cartel de Sinaloa pudiera publicitar su producto estrella.

MEATEASY
Protesta anti carne cadaver

Y a diferencia de todos los otros, los veganos tienen muchas razones para mirar el futuro con optimismo. Pat Brown, CEO de Impossible Food, competencia de Beyond Meat, impresionó a todos al prometer que, en menos de dos décadas, la industria de la carne desaparecerá por completo. Parece un comentario risible, pero cuando se considera que las dos grandes empresas lecheras de Estados Unidos (Dean Foods y Borden) se han tenido que declarar en bancarrota por el inmenso incremento de consumo de leche de plantas, la burla se desvanece.

El éxito de los veganos sólo puede entenderse desde una perspectiva económica: decidieron tomar una ruta más compleja, densa; pero indudablemente más sólida: atacar la demanda y no la oferta. A diferencia de los grandes ambientalistas, que se enfrascan en grandes peleas con las compañías contaminantes; o de la Guerra contra las Drogas declarada por Estados Unidos, en pie de lucha contra los carteles de todo el mundo, los veganos han hecho de la transformación del consumidor su objetivo. Y se comprueba que, si no hay demanda, no hay oferta.

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Impossible Foods Anuncio

Al convencer a millones de consumir productos alternativos a la carne, por razones contra el especismo, salud o cambio climático, no solo produjeron un crecimiento nulo o decrecimiento en las ventas de las empresas tradicionales, sino que voltearon el mercado a su favor. Grandes compañías como Nestle y Pietrán hicieron inversiones para lanzar sus carnes veganas, cadenas como KFC, Subway, Dunky Donuts, McDonalds, Burger King, Dennys, Starbucks, Carl’s Jr., Hardys, decidieron probar productos de carne y leche basada en plantas, todos ellos anunciando un éxito suficiente para expandir su experimento. La industria ganadera y de los lácteos (la última pronosticada a desaparecer en menos de una década) ha respondido de la manera más irónica y patética: atacando a sus competidores, proponiendo leyes que impiden comercializar sus productos usando la palabra “carne” y “leche”. Si la historia sirve de profeta, y esos son sus mecanismos de defensa, la vieja industria está condenada a desaparecer.

Este repaso tiene un objetivo esperanzador y es que: un mundo vegano sí es un mundo mejor. En nuestra era, una alimentación compasiva sí es muestra de supremacía frente a una tradicional, de igual forma que un humano honrado es preferente a uno corrupto, un rescatista de animales es alguien sobresaliente frente un maltratador de ellos. Australia demostró que los daños del cambio climático son tan apocalípticos como se pronosticaron y el coronavirus que explotar la naturaleza a nuestro antojo contraerá consecuencias aterradoras. Indudablemente, respetar el ambiente pasa por una transformación de nuestros ámbitos de consumo profunda; pero la celeridad indica que el más urgente es la alimentación.

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Incendios Amazonas

La industria de los combustibles fósiles es una dolorosa necesidad de esta era. Vital salir de ella con la mayor celeridad posible y realizar los cambios en la matriz de producción energética requeridos de forma inmediata. Pero incluso si hubiera el poder de frenar toda la producción de petróleo y sus derivados, las consecuencias habidas para la cotidianidad serían tan desastrosas que cualquier preferiría evitar su derrumbe por un momento. El principal problema en la lucha contra el cambio climático es la real dependencia de la economía sobre los productos que emiten los gases contaminantes amenazando la existencia de la vida en el planeta.

Pero no hay una necesidad de la industria de la carne, de su deforestación del amazonas, de los desechos fecales de 100 billones de animales contaminando aguas o tierras, produciendo millones de toneladas de gas metano empeorando el clima, de su invasión de selvas vírgenes, entrando en contacto con virus que desatan pandemias globales. Tampoco las enfermedades causadas por el consumo de sus productos. Millones son testigos de una alternativa tan deliciosa como la ofrecida por las grandes corporaciones literalmente devorando el planeta y, un documental con varias de las figuras deportivas más importantes del planeta dejan claro los beneficios para la salud de una transformación hacia el veganismo. Nunca antes fue tan fácil salvar el mundo.

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Nunca antes fue tan fácil salvar el mundo.

Autor: Andrés Arellano Báez.

Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

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